El verano, las vacaciones y el buen tiempo han llenado nuestros bancales de malas hierbas. Y las buenas han crecido inesperadamente. Es hora de ver qué ha dejado el verano y hacer la última cosecha. Entre las mayores sorpresas nos encontramos un montón de calabacines recién brotados, un pequeño melón y una gran sandía que nos comemos entre todos. También recogemos los últimos pimientos y berenjenas, ya muy maduros, para sacar las semillas. ¡Este año no habrá las famosísimas calabazas de septiembre escolares!
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